LA RELIGION EN LOS MOVIMIENTOS DE SCOUTS Y GUÍAS
Texto de la Conferencia pronunciada por B. P. Ante la Conferencia Conjunta de
Scoutismo y Guidismo, High Ligh, Inglaterra, 2 de julio de 1926.
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LA RELIGIÓN: FACTOR FUNDAMENTAL y EN LA BASE MISMA DEL ESCULTISMO Y EL GUIDISMO
Me piden que, con mayor detenimiento que en "Escultismo para muchachos", explique cuáles eran mis ideas con respecto a la religión en la época en que instituí el Escultismo y el Guidismo.
La pregunta que me han formulado es "dónde entra la religión".
Y mi respuesta es, simplemente, que la religión no entra, sino que se encuentra allí de antemano, porque se trata de un factor fundamental, ubicado en la base misma del Escultismo y el Guidismo.
Es por demás importante que los Comisionados alcancen un entendimiento cabal de este asunto, porque solamente así sabrán explicarlo más tarde, tanto a nuestros Scouts y Guías, cuanto a aquellas personas que, ajenas al Movimiento, deseen informarse al respecto.
EL MOVIMIENTO SCOUT COMO AMBIENTE DE DIALOGO INTER-RELIGIOSO.
Deberá desarrollarse una amplitud de criterio verdadera e interior y deberá ejercerse la más generosa de las consideraciones por los sentimientos ajenos, pues el tema es –y está muy bien que así lo sea– central entre todos aquellos que los hombres sienten más profundamente.
No espero que todos estén de acuerdo conmigo.
Intentamos solamente derribar las rígidas barreras que separan a los credos y que nos llegan como una herencia de la época medieval.
Si la guerra no fue un bien para nadie, pienso que cuando menos nos ha dejado la lección de que el patriotismo, cuando es incapaz de contemplar más allá de su propio horizonte y de reconocer y apreciar los bienes de otras naciones, no es solamente mezquino, sino asimismo perjudicial.
También nos ha enseñado la guerra que el respeto mutuo y la buena voluntad entre los pueblos, y no la crítica severa, son el único camino para asegurar la paz y la prosperidad del mundo.
Lo que se dice del nacionalismo, vale otro tanto para la religión.
La defensa de las creencias personales es correcta y adecuada, pero pronto se convierte en mezquino sectarismo, en cuanto cesa de reconocer y apreciar las bondades de otras confesiones. Su incapacidad para considerar con amplitud y magnanimidad los esfuerzos ajenos para servir a Dios, será también incapacidad para establecer en esta tierra el Reino de Dios.
Bien saben todos que el objetivo de nuestro Movimiento es la formación de ciudadanos felices, sanos y serviciales, es decir, buenos ciudadanos; esto, por poco se lo analice, significa ciudadanos convencidos de una religión que también practican.
Pero en esta época materialista, en la que las distracciones y los placeres son puestos cada día más y más al alcance de la mano, el desarrollo del espíritu se vuelve cada vez más difícil y así se lo desprecia cada vez más generalizadamente.
El objetivo del Movimiento es brindar toda la ayuda que nos sea posible a fin de establecer en esta tierra el Reino de Dios.
Para lograrlo, inculcamos a la juventud el espíritu y la práctica cotidiana en sus vidas de una buena voluntad y una cooperación desinteresadas.
Aquellos de entre nosotros que somos cristianos hemos recibido estas virtudes de Cristo mismo, especialmente en el Sermón de la Montaña, pero las mismas virtudes son aplicables por igual a todos los adoradores de Dios, sea cual sea la forma de religión que adopten.
Por ello, nuestro Movimiento no da preferencia particular a ninguna de dichas formas puesto que todas ellas buscan lo mejor de acuerdo con sus respectivos credos.
TRIUNFO DEL AMOR EN EL MUNDO SOBRE LAS RIVALIDADES E INTERESES EGOISTAS
Cuando empleo la expresión "el Reino de Dios", quiero decir el triunfo del amor en el mundo, en vez del dominio actual de las rivalidades y los intereses egoístas.
El yo es el objetivo número uno de nueve de cada diez personas, así como lo es el de todas las llamadas "naciones patrióticas".
La consecuencia final de la promoción del yo es la guerra, mediante la cual el demonio gobierna el mundo.
Su antítesis, el amor y el servicio desinteresados, manifestaría a las claras la mano de Dios en el mundo.
La religión es el cumplimiento del mandato divino, pero –hasta el presente– la religión ha sido incapaz de vencer el egoísmo, fracaso del cual son resultado los problemas sociales e industriales que perturban a todos los países civilizados; la Gran Guerra librada entre las así llamadas naciones cristianas; la reconstrucción posterior a la guerra que de ningún modo ha llenado las esperanzas existentes.
En gran medida, el origen de estos problemas debe buscarse en el ansía de resultados económicos y materiales a costa del aspecto espiritual.
De tal manera, no se crea que sea esta o aquella Iglesia particular la que se encuentre en falta, pues todas ellas lo están en alguna medida.
J. F. Newton recordaba, en un articulo reciente publicado en el Atlantic Monthly, que: "Las ovejas y los cabritos no son los creyentes y los incrédulos, sino antes bien los generosos y los egoístas". (cfr. Mateo 25, 31-46).
¿DECADENCIA DE LA RELIGIÓN?
Se lamenta la Iglesia Anglicana de la declinación registrada en la asistencia al templo y la Escuela Dominical; y de ello se extrae que también la religión padece una decadencia similar.
Sin embargo, más que probablemente, el sentimiento religioso depositado bajo la superficie de la nación sea el mismo de siempre, sino es acaso mayor, aunque quizá no se manifieste en la asistencia a los templos.
Se dice que –en una buena medida– es la duda, y no la indiferencia, la causa de esta situación.
Thomas Carlye decía: "La religión de un hombre no es el credo que profesa. Su religión es su vida, lo que hace en la vida y lo que sabe de ella y de su deber en la vida. El malvado que profesa un credo no es más religioso que el hombre bueno que no lo hace".
Y J. F. Newton dice a su vez: "Los mejores hombres no son aquellos que se sienten seguros de su salvación, sino aquellos otros que, en vez de entretenerse en reflexiones enfermizas en torno de su propio estado espiritual, dedican todas las fuerzas en bien de una existencia de amor bajo la guía de la verdad. Son tantos los que, con sólo una vaga idea del sentido del amor a Dios, lo aman en todo momento, mediante el socorro que prestan a los que se cruzan en su camino... La religión no se halla al margen de la vida, sino que es la vida misma, y de ésta, la mejor parte."
La declinación de la asistencia a los templos no es prueba de una decadencia de la religión.
APETENCIA DE PREPARACIÓN RELIGIOSA
El informe elaborado por el difunto obispo de Winchester sobre la religiosidad de los jóvenes combatientes en la Gran guerra, demostraba que un gran numero entre los muchachos comunes y corrientes no practica religión alguna y manifiesta a la par una gran apetencia de preparación, tanto con relación a los principios cuanto a los detalles del cristianismo.
Mientras tanto, la guerra, los problemas de la industrialización, los desórdenes sociales, todo habla a las claras de una apetencia de la practica del espíritu cristiano entre los hombres de todas las clases y todos los países.
Mi experiencia personal detrás de las barricadas durante la gran Guerra en Francia donde me encontré en estrecho contacto con nuestros jóvenes combatientes, confirma más que suficientemente las conclusiones a las que arribaba el obispo de Winchester, ya que muchísimos de mis jóvenes amigos me abrían entonces sus corazones hasta el punto de confesarme que jamás recurrían a sus pastores.
Entre ellos, algunos guardaban una brumosa memoria de lo que les había sido enseñado en las clases de la Escuela Dominical, aunque eran incapaces de enlazar aquellos cuentos de niños con su situación, en la cual se veían obligados a enfrentar la muerte a cada instante. ¡Resultaba estremecedor... !
ACTUALIZACION DE LAS IGLESIAS
Decía el arzobispo de York que "la religión atrae, pero la Iglesia repele"; y la experiencia nos dice que este aserto tiene mucho de verdad.
Algunos explican afirmando que la Iglesia no está lo bastante actualizada con su estructura sostenida en las enseñanzas de teólogos de trescientos años de antigüedad, enseñanzas que, a su vez, han llegado a ser consideradas casi tan definitivas como el mismo Evangelio; y agregan que esto no puede sacudir al hombre contemporáneo.
Entre los casos de "duda", comprobables entre los que desean practicar la religión, señalare el de una persona a la cual me unía una relación epistolar y quien había caído en la cuenta de que Moisés, en su código de prohibiciones, advertía que Dios era "un Dios celoso que castiga las iniquidades de los padres en los hijos por cualquier desobediencia de la Ley" (cfr. Exodo 20, 5): un evangelio de temor.
Pero mi amigo advertía también que Cristo nos llama a hacer el bien, en espíritu de servicio y sacrificio, y nos señala que nuestra recompensa estará en los cielos: un evangelio de esperanza. Y la Ley mosaica, con todo lo que tienen de opuesto estos dos métodos, ha sido incluida en el Prayer Book de la Iglesia [Anglicana].
¿Cuál de ambos había de seguir?
Por el otro lado, otros hablan del peligro de una Iglesia desmedidamente actualizada, en la cual se pudiese llegar a revestir los fundamentos de la religión con tantos ornamentos teológicos que dichos fundamentos acabaran por perderse de vista.
Finalmente otro amigo me preguntaba en una carta si debía adoptar el cristianismo o el iglesianismo.
La religión no es una ciencia privativa de los eruditos, pues si lo fuera sus beneficios no se extenderían más allá del ámbito de los estudiosos y quedarían fuera del alcance de los pobres; pero tampoco es un fetiche, pues si lo fuera su dominio no excedería el ámbito de los más débiles, de los que se guían por sus emociones, de los supersticiosos.
Siempre y cuando la contemplemos en su simplicidad original, la religión se encuentra ciertamente tan actualizada hoy para el uso de todos como pueda haberlo estado en cualquier otro momento.
LA CONDUCTA RELIGIOSA, EJERCIDA DESDE EL INTERIOR
Lo que importa es el trabajo y la conducta: "No todo el que diga '¡Señor! ¡Señor!'..., sino el que haga..."(Mateo 7, 21 y ss.).
Cierta vez se le preguntó a Abraham Lincoln cuál era su religión y éste respondió: "Cuando vea una Iglesia sobre cuyo altar estén escritas las palabras 'Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo' (Lucas 10, 27; Cf. Deuteronomio 6. 5), a esa Iglesia querré pertenecer."
En este punto se encuentran muchos hombres hoy, y ¡¡¡mañana serán más...!!!: ellos quieren retornar a los fundamentos directos y sencillos.
Se produce una evolución, tanto en la libertad y la determinación de la persona, como en la educación general de los jóvenes. Nosotros los mayores, necesitamos reconocerlo si es nuestro deseo mantener el paso en los ideales que proporcionamos a los jóvenes.
En los últimos treinta años, la nueva generación ha salido del encierro de una disciplina victoriana, ejercida desde el exterior, para encontrarse en un estado de mayor libertad, en el cual se ve obligada a regular su conducta mediante un control personal ejercido desde el interior.
Surge de allí la mayor necesidad de la formación del carácter, si se desea que ese control se mantenga encarrilado y no degenere en libertinaje.
BUSQUEDA DEL FUNDAMENTO DE LA RELIGIÓN
Lo que sucede con sus conductas, sucede igualmente con su religiosidad, y los jóvenes ya no toleran la guía del dogma, aunque se muestren aptos para una busca personal de conocimientos y razones que sostengan la fe; su apetencia se dirige más a los fundamentos que a las formas diversas que han acabado por desfigurarlos.
Dice el obispo Barnes de Birmingham: "No podemos construir un mundo nuevo si lo que tenemos para presentar son hombres vestidos con ropajes pasados de moda. Jesús tiene un mensaje para todos los tiempos, un mensaje de importancia vital para nuestra época. Si predicamos dicho mensaje, predicamos a Cristo. Si lo dejamos semienterrado bajo la elaboración del ritual y cosas eclesiásticas, damos a los hombres la libertad de poner en duda la verdad de nuestra fe en el Evangelio del Hijo del hombre."
Mencionaré, como signo de los tiempos y del espíritu de investigación de la juventud, el hecho de que un Lobato, a quien su Akela hablaba de las maravillas del universo, dejó a aquel último poco menos que con la boca abierta con la pregunta de ¿Si Cristo había visitado también todos aquellos millones de planetas, así como lo había hecho con el nuestro?.
LA RELIGIÓN EN EL PROGRAMA DEL MOVIMIENTO SCOUT Y GUIA
El objetivo primordial del plan de los Movimientos de Boy-Scouts y de Guías es proporcionar una formación positiva, más que inculcar preceptos negativos, porque el chico o la jovencita están siempre mejor dispuestos para hacer algo que para asimilarlo pasivamente.
La Buena Acción Diaria
Por ello introducimos en sus actividades, como base de la buena voluntad y el espíritu de servicio futuros, la práctica de buenas acciones en la vida cotidiana.
La base religiosa que subyace aquí es común a todos los credos y, por lo tanto, nuestro Movimiento no interfiere con la forma de ninguno de ellos.
La Promesa Scout
La Promesa que formulan un Scout o una Guía al ingresar dice en su primer punto: "Cumpliré mi deber con Dios." Adviértase que la frase no dice que el muchacho vaya a ser leal con Dios –tal cosa no pasaría de las buenas intenciones–, sino que hará algo, actitud positiva y activa.
Por lo tanto, antes de que la Promesa sea recibida, el primer paso que ha de darse será el de verificar que el muchacho perciba a Dios de alguna manera.
La Naturaleza como medio de la comprensión de Dios
Nos demuestra la experiencia, especialmente entre los chicos más pobres y menos formados –y recordemos que en la caballería se nos enseño a llevar el paso del más lento de los caballos–, que el estudio de la naturaleza nos proporciona el método más comprensible y más inmediatamente asimilable.
Mediante el estudio de la naturaleza, caemos muy pronto en la cuenta de que no existen dos criaturas exactamente iguales.
Así como entre los millones de seres humanos no se podrá dar jamás con dos que sean idénticos en su complexión, en sus facciones o en sus huellas digitales, de la misma manera no existen dos hombres cuyos caracteres sean iguales.
A pesar de ello, cada vez que ponemos manos a la obra para enseñar religión, lo hacemos en una clase de la Escuela Dominical, tal como si todos fueran de la misma pasta, tanto en temperamento como en receptividad, pensamiento y carácter.
El deán Inge ha acertado al decir que "la religión no puede ser enseñada, pero puede ser captada".
Nosotros queremos enseñársela por medio de preceptos y teología elemental, entre las cuatro paredes de una escuela, y mientras tanto allá afuera brilla el sol y la naturaleza exclama que ella a través de sus ojos, de sus oídos, de su olfato y del tacto de sus manos, puede manifestarles las maravillas y bellezas del Creador.
No hace mucho decía el Dr. Macpherson: "La investigación científica del universo no era hostil al teísmo; antes bien, ella era una sierva de la religión; las primitivas emociones de asombro y adoración que el cielo estrellado despertó en nuestros antepasados, se ven exaltadas y profundizadas por los resultados de la astronomía moderna".
La astronomía ha demostrado la unicidad del universo y nos ha dado al mismo tiempo cierta percepción de lo ilimitado y de distancias que, alcanzando como alcanzan los seis millones de billones de millas, exceden nuestra capacidad de comprensión.
Si recurrir a tales longitudes y limitándose a los objetos al alcance de su mano, cada uno de los jovencitos, mientras el maestro alienta a todos, podrá empaparse por sí mismo de las maravillas y bellezas del universo que lo rodean, para poder así abarcar intereses más amplios y desarrollar paralelamente una cierta comprensión del Creador y del aspecto espiritual de la existencia.
El chico comprenderá también que es una más entre las creaciones de Dios y sabrá que hay un papel en la evolución general de la naturaleza que es suyo
De esta forma, prácticamente, la joven alma podrá ser atraída y conducida hacia la comprensión de Dios.
El paso posterior será el de mostrar que Dios es amor, un amor que trabaja en torno de cada uno y en su mismo interior.
Entonces el resto se hace fácil.
El muchacho comprenderá mejor a partir de allí que parte de su "deber con Dios" consiste en cuidar y desarrollar –pues se trata de un préstamo sagrado– los talentos con que Dios lo ha provisto para su tránsito por la vida: el cuerpo, con su salud y su vigor y sus poderes de reproducción aplicados al servicio de Dios; la mente, con su asombrosa capacidad de raciocinio, de memoria y apreciación, que lo pone por encima del mundo animal; y el alma, esa partícula de Dios en su interior, es decir, el Amor, que puede ser desarrollado y fortificado por la expresión y la práctica continuas.
Así, podremos enseñarles que cumplir el deber con Dios significa no solamente reclinarse en su bondad, sino asimismo en hacer su voluntad, mediante la práctica del amor al prójimo.
Si esto pudiera constituirse en regla universal, entonces ciertamente encontraríamos el cielo en la tierra.
La Ley del Scout
Seguidamente, el Scout o la Guía prometen cumplir la Ley del Scout.
Esta enfatiza y señala la conducta que ha de mantenerse con respecto a uno mismo y al prójimo, de acuerdo con las grandes líneas del Sermón de la Montaña.
Además, la Ley del Scout es una serie de mandamientos positivos y no un código de prohibiciones bajo la amenaza del castigo.
LA BUENA VOLUNTAD Y LA COOPERACIÓN
Sólo mediante la buena voluntad y la cooperación, ello es, mediante el servicio brindado alegremente a los demás, puede un hombre alcanzar el éxito real, es decir, la felicidad.
Porque de tal manera descubre que el cielo se encuentra aquí, en esta tierra, y advierte que no se trata de una visión del otro mundo.
Con el advenimiento de la buena voluntad y de la cooperación, cesarán las minúsculas discordias que separan a la nación, las clases y los credos dejarán de llamarse hermanos de la boca para afuera, mientras persisten en actuar como enemigos y en dividir la casa contra sí misma (cf. Mateo 12, 25 ss.)
Merced a la buena voluntad y a la cooperación, una nación congeniará con otra y los políticos descubrirán la imposibilidad de arrastrar a la guerra a pueblos que se profesan una mutua amistad. Descubrirán que lo importante es la voluntad de los pueblos.
Nuestra experiencia nos demuestra que el nacionalismo, una vez llevado a su punto extremo, busca la guerra con otras naciones, sin detenerse a considerar los esfuerzos que los estadistas desarrollan para evitarla.
Lo mismo sucede con los credos.
Los conductores de las diferentes confesiones intentan reunirse en el redil más amplio de un cristianismo interconfesional, pero su principal escollo reside no tanto en las otras confesiones cuanto en los miembros más fervorosos de su propia fe.
La próxima generación requiere con urgencia el desarrollo de un amplio criterio de buena voluntad y servicio, para unir tanto a los credos como a los mismos pueblos.
El señalado es un deber de grave responsabilidad para todas las clases, de importancia para el futuro y fuente de una promesa extraordinaria.
La experiencia demuestra que los Boy-Scouts y las Guías responden en grado notable al llamado al servicio.
EL DESAFIO DEL MOVIMIENTO SCOUT - GUIA
En Gran Bretaña y en los Dominios [de la Corona Británica], contamos con unos 900.000 Scouts y Guías, y con más de dos millones en el resto del mundo.
Estos son los padres y las madres de muchos más millones que llegarán en un futuro cercano. Si están imbuidos con el espíritu verdadero y la práctica de la religión en sus vidas cotidianas, serán el conducto para transmitir dicho espíritu a aquellos millones y millones de los años venideros.
Así, nosotros, Scouts o Guías, tenemos al alcance de la mano –si sabemos usarla correctamente– una oportunidad de oro para ayudar a las Iglesias, y el elevado privilegio de llevar a cabo, mediante nuestra preparación de la juventud, una contribución directa al advenimiento del Reino de paz y Buena Voluntad de Dios sobre la tierra.
Lord Baden Powell of Gilwell